Una separación o ruptura de pareja es un acontecimiento traumático y complejo a nivel emocional. Se experimenta como un duelo, pérdida de compañía, proyectos, rutinas… No es fácil superarlo, pero se puede.
Una vez reconozcamos las consecuencias emocionales y las comprendamos podemos aprender a dirigirlas mejor y superarlo más fácilmente.
El duelo emocional es el proceso de adaptación necesario que debe pasar cualquier persona que ha experimentado una pérdida, para recuperar su equilibrio y su bienestar. Como cada duelo, tiene sus fases, aunque todas las personas no somos iguales, podemos saltar fases, pasárnoslas o regresar y retroceder a una de ellas.
Fases de una ruptura
Como el duelo, la ruptura (entendida como una pérdida), consta de varias:
- Negación. En primer lugar, no aceptamos lo que está sucediendo y no tenemos una actitud realista.
- Negociación se caracteriza por enfocarnos en lo que se pudo haber hecho de distinta manera para evitar la ruptura. Es esta la etapa en la que pensarás en todas las cosas que ya no puedes hacer debido a que esa persona querida ya no está contigo. Las frases como: “Si no me hubiera enfadado, nada de esto habría pasado…” “Si lo hubiese hecho más caso…”, “Si no la hubiese dejado sola…”
- Enfado, rabia, ira. Llega la frustración y los reproches a la otra parte, pero también a nosotros mismos.
- Tristeza. El ser consciente de manera plena de que se terminó la relación nos provoca este sentimiento profundo de tristeza.
- Aceptación. Asimilamos la ruptura como parte de nuestro pasado y experiencias acontecidas, siendo capaces de vivir una vida plena y estando preparados para afrontar nuevas relaciones de una manera adaptativa y madura.
Consejos para superar una ruptura
- Mantente activo. Podemos aprovechar el tener más tiempo para nosotros para afrontar ese hobby que siempre quisimos hacer.
La inactividad por el contrario, va a alimentar nuestros pensamientos negativos. - Realiza cambios significativos: También es común que cuando estamos en una relación de pareja acumulemos objetos, regalos, fotos, recuerdos, entre una serie de elementos materiales que simbolizan la relación y el vínculo afectivo. Es mejor distanciarnos de ellos por un tiempo. Debemos realizarlo poco a poco, ya que nos surgirán sentimientos y emociones desagradables en el proceso.
- Queda con tus amigos/familiares. Es muy bueno rodearte de aquellos que les importas, pero intenta (una vez pasado los primeros encuentros) no acaparar en demasía la conversación hablando de él/ella o inundando la conversación de tristeza.
Es una oportunidad óptima para desconectar, distraerse, interesarse por ellos y seguramente incluso reírte con ellos. - Contacto cero. Lo más importante para que podamos separarnos con el menor sufrimiento posible es que las emociones tan intensas que sentimos vayan disminuyendo; para esto es imprescindible el paso del tiempo, pero a veces el dolor es tan grande que cometemos el error de dar o pedir apoyo emocional a nuestra expareja. La realidad es que lo mejor que podemos hacer es, durante un tiempo prudencial, evitar todo tipo de contacto con esa persona incluso, en ocasiones, con sus familiares y amigos.
- Recuerda a la pareja con realismo. No hay que caer ni en idolatrar a la otra parte y pensar que era todo perfección, ni caer en el otro extremo de odiarle y decidir que todo fue negativo.
En una relación ambas partes han cometido fallos y todas las personas tenemos obviamente defectos. - Escribe tus emociones y pensamientos. A veces no hemos tenido la oportunidad de expresar todo lo que queríamos decirle a la otra persona durante la ruptura y puede ayudarnos escribirle una carta de despedida, aunque la otra persona no la vaya a leer. Es muy habitual que las personas nos hagamos muchas preguntas en esos momentos y nos asalten constantemente pensamientos repetitivos. Escribir esas preguntas y pensamientos rumiativos nos ayudará a sacarlos de nuestra cabeza y empezar a verlos de forma más objetiva.
- Trabaja en ti, valórate. Haz un ejercicio de introspección, analiza tus puntos fuertes, hacia donde quieres dirigir tu futuro y márcate unos objetivos realistas.
- Cuida tu imagen. En momentos que estamos rodeados de tristeza resulta fácil caer en el abandono de uno mismo. Hay que esforzarse por cuidar la imagen, incluyendo llevar un corte de pelo reciente, cuidar el afeitado para no ir desaliñado y gastarnos algo más en ropa que nos haga sentirnos confortables y por qué no elegantes, cuando nos miramos al espejo.
- Cuida tu alimentación. Somos más vulnerables y es muy fácil descuidarnos en este punto. Nos mantendremos alerta de no caer en el abuso del alcohol o drogas con la estúpida excusa de evadirnos de la realidad. Esto solo hará que se compliquen mucho más nuestras circunstancias.
Si aún así, te surgen problemas con algunos de estos consejos, pasa el tiempo y ves que no vas a mejor, o te gustaría superar este procesos de manera más eficaz, en PSICOALFARO tenemos las herramientas necesarias para ti.