Me siento muy cómodo en el confinamiento, ¿soy un bicho raro? Esta es una pregunta común que podemos escuchar hoy en día. Y para nada, tenemos razones muy válidas para sentirnos cómodos en esta situación.
En otros artículos, hemos hablado de las consecuencias negativas que para algunas personas conlleva el aislamiento social, qué hacer para no aburrirnos en casa, para combatir la soledad no buscada… pero, ¿qué pasa con la otra parte de la población? Hay gente que ha visto esta situación como una oportunidad para centrarse en sí mismo, en su familia, en su casa, es sus necesidades… y para ellos, esto del confinamiento está siendo una situación favorable difícilmente repetible.
¿Por qué alguien puede disfrutar del confinamiento?
Son bastantes las razones que nos ayudan a comprender el porqué. Muchas personas ven este estado de alarma como una oportunidad para mejorar su calidad de vida, reforzar vínculos, ponerse al día con asuntos pendientes e incluso mejorar su estado psicológico y físico. Aquí van algunas de las razones que tienen para ello:
- Nivel de estrés elevado en su día a día: en una sociedad que no te permite parar, con horarios fijos, objetivos que cumplir no sólo laboralmente, sino también social y familiarmente, tener un periodo de pausa, donde el tiempo lo regulas tú, los horarios no van tan marcados y los periodos de descanso son a elección propia, hacen de esta situación un nido acogedor donde mucha gente permanecería más de lo soportable para otras personas.
- Falta de tiempo para dedicar a su familia: ver la evolución de tus hijos, ayudarles con las tareas, ver películas, salir a pasear (ahora que está permitido), contar tus viejas historias, ver fotos juntos… Hay un montón de actividades que no realizamos con nuestros hijos y cónyuges por falta de tiempo. Actividades que refuerzan vínculos, que nos hacen aumentar el sentimiento de pertenencia familiar, que nos hacen crear lazos más fuertes y apegos más seguros. Cocinar con nuestra pareja, realizar tareas del hogar juntos, disfrutar de una película (o dos, o tres…) sin tener que mirar el reloj. Si la relación es buena y hay buena comunicación, este periodo nos servirá para fortalecer esos vínculos. Si vemos que surgen los problemas, es una oportunidad para saber si realmente estamos hechos el uno para el otro, o tenemos que tomar las riendas de nuestra propia vida.
- Fin de la procrastinación: por fin tenemos tiempo para realizar todas esas cosas que dejábamos para cuando “tengamos tiempo”: hacer ese álbum de fotos de las vacaciones, ver la serie tan famosa que tiene tantas temporadas, organizar los armarios, hacer limpieza a fondo, ordenar el trastero o el garaje, incluso adecentar nuestro jardín. Cualquier actividad pendiente es una excusa para sentirnos más realizados y no pasar nuestro tiempo en valde.
Estos tres motivos, son suficientes para saber sacarle provecho e incluso disfrutar de este periodo de confinamiento. No sólo refuerzan nuestro sentimiento de realización, de satisfacción personal, sino que son una oportunidad para crear vínculos, sentirte dueño de tu propio tiempo y darte cuenta de que, si nos sabemos organizar, los beneficios obtenidos de este estado de alarma no serán pocos.
Si no consigues sacar provecho de ninguno de estos tres aspectos, o encuentras dificultades para adaptarte a esta situación, no dudes en contactar con PSICOALFARO. Trabajamos para y por tu bienestar.