Cuando oímos la palabra duelo, en seguida nos viene a la mente un fallecimiento, la pérdida de un ser querido. Pero no es así. Todo aquello que supone una pérdida personal, en nuestro yo actual, (divorcio, pérdida de trabajo, pérdida de una mascota, enfermedad degenerativa de un ser querido…) va a trastocar nuestra vida, va a suponer un reto al que debemos enfrentarnos y a ser posible, salir airoso de él.
Nosotros somos lo que somos gracias a la genética, y a todas las experiencias que hemos ido viviendo, la gente que nos rodea… cuando algo de ello desaparece, nuestro mundo se «rompe», y toca volver a recomponernos.Como un jarrón hecho añicos, aunque lo peguemos, siempre habrá un hueco vacío, esa pieza que falta. No nos dejemos engañar, después de una pérdida nuestra vida no van a ser la misma, pero eso no quiere decir que las cosas no vayan a ir bien. El trabajo consiste en recolocar lo perdido, que siga formando parte de nosotros, y que ese recuerdo nos permita seguir nuestro camino.
El duelo se manifiesta en una serie de fases, y como cualquier situación de nuestra vida, se puede complicar. La duración o intensidad de la sintomatología puede
exceder de lo establecido como normal. Puede que no hallemos comprensión en nuestro círculo social o familiar, que nuestras reacciones no las vean como «normales», y esto puede a su vez, hacer más difícil la asunción y recolocación de la pérdida.
A la hora de afrontar una pérdida, o de intentar apoyar a un amigo o familiar, debemos recordar que no todos somos iguales, ni expresamos nuestros sentimientos de la misma manera. Aquí van algunos consejos para facilitar este proceso:
- Puede que la persona necesite estar aislada, escucharse a sí mismo y pensar e intentar buscar sentido a lo que está pasando. En un momento inicial
pueden ser reacciones normales, y debemos dejarles espacio. - No es aconsejable evitar hablar de la pérdida, el expresarse con personas queridas nos puede ayudar a comprender y procesar el hecho.
- Acepta los sentimientos. Pueden aparecer desde rabia, frustración, tristeza hasta agotamiento o hiperactividad (limpieza, paseos, salir a correr…).
- Cuídate o cuida a la persona que sufre la pérdida. Una buena alimentación, ejercicio y descanso hará liberar hormonas que nos harán sentirnos algo mejor.
- Recoloca al ser querido. Puedes plantar un árbol, enmarcar una foto, celebrar su cumpleaños… No nos olvidemos que no pretendemos olvidar, sino aprender a vivir con la pérdida.